El Brindis.
De la Partitura a la Luna​

Paso 1.- Hola, a todos los queridos colegas músicos de todos los países.
Actualmente, el tiempo nos tiene una cita, y no es de presentación de conciertos, esta vez es para que participemos en “El Brindis Star Fest-1000”, uno exclusivo del 2025, fecha que pone fin a todo un milenio de historia de la música escrita en partitura diastemática, desde Guido el Grande en el 1025, d.C. e iniciar un nuevo ciclo para las generaciones del futuro.

El plan es que nos anotemos en este sitio web quienes dominemos la partitura y reunirnos 1,000 músicos de música clásica para “alzar la copa”, interactuando a través de las pantallas, cada quien desde el lugar donde se encuentren el día 27 de diciembre. Cada “músico de partitura” significaría un año de creación musical. Mil, del 1025 al 2025.


Paso 2.- Bienvenido el resto del mundo que ame la música y también quiera realizar este Brindis.

Porque una vez alcanzada la meta de reunirnos 1,000 músicos, cada persona extra que se sume significará un año más de buen augurio.

Sincronizaremos todo a través de la presente landing-page.


Un cumpleaños tan grande da plenitud al mundo y lugar a la reflexión para revaluar las metas de la civilización. Se trata, nada más y nada menos, que del cumpleaños de la gran música, por la que Beethoven y otros grandes han vivido.

La ciencia demoró milenios en saber cómo plasmar el inasible pensamiento musical en arte gráfico, y así poderlo capturar y controlar. La hazaña de la partitura de Guido es tal, que sin duda es el mayor logro de la civilización. Punto nodal que influyó más allá de lo musical, porque el Hombre quedó entonces mentalmente habilitado para desarrollarse a un ritmo vertiginoso, triunfador. Hasta la Luna hemos conquistado. La partitura hizo más inteligente al Hombre.

En el 1025, es la primera fecha en que se consiguió comenzar el almacenamiento de toda la música, evitando olvidarla, como le ocurrió a toda la anterior. También, primera vez que pudo ser transmitida sin necesidad de escucharla antes, simplemente leyendo la partitura. Sólo así, fue posible comenzar a desarrollar las abstracciones de la más alta complejidad sonora en documentos que conservamos: las partituras.

Estando ante tan monumental data (de 1,000) ¡y de tal cosa!, algo tan imprescindible como la música, la cuestión urgente no es dónde se “alcen las copas” para culminar, sino conmemorar pronto, porque justo esta fecha pertenece sólo al 2025. Mil años nunca se le han conmemorado a objeto histórico alguno. Que nos toque (a los que viven hoy, a todo el mundo) hacer brindis a tan antiquísimo origen, es una auténtica novedad y un privilegio que ninguna generación tuvo. Nada igual se tendrá en siglos.

Hagamos una amplia divulgación de esta enorme noticia, del nacimiento de nuestra amada música, de toda, especialmente de la música clásica. Lo importante es que no se nos escape el año sin hacer la celebración. Sería imperdonable que el mundo se pierda el único aniversario cosmopolita que existe y porque sólo tenemos un lenguaje universal: la música.

¡Culminemos una era de pasión musical increíble con un brindis al unísono!